Elecciones colegiales 2016

Los años me han enseñado a saber lo que tenemos y nos jugamos; y antes de que la robótica ponga farmacias, y nos tachen – injustamente – de innecesarios, creo que es la hora de espabilar al colectivo, y hacerles ver que además de saber adaptarnos a los nuevos tiempos y al nuevo mercado unidos tendremos más fuerza. ¿Qué seremos capaces de sacrificar antes de eso? Creo que más de lo que nos atrevemos a reconocer.

Ver la verdad de nuestra realidad, adaptarnos a ella, defendernos – si es preciso atacando – a nuestros enemigos (¡que los tenemos! He ahí  “la incompetencia” y los deseos ocultos de <La Comisión Nacional de Los Mercados y La Competencia> solicitando sin tapujos la venta libre en supermercados y gasolineras de los medicamentos sin receta), y no llegar tarde a las mesas del Ministerio de Sanidad ni a Bruselas como un  colectivo unido que defiende su profesión y sus derechos, frente al intrusismo de otras profesiones, los intereses económicos del gran capital que pretenden quedarse con parte de nuestro sector y hacer una mercancía del medicamento,  y ante los gobernantes de turno, es prioritario; o acabaremos la vida entre pañales,  cambiados además, por gente que no son de nuestro grupo.

Uno de mis proyectos,  siempre fue Una Residencia en las proximidades de Hefame, para boticarios (Boticarios – Club), pues ya que he vivido siempre entre los nuestros, me gustaría hacerlo así hasta el último momento. Entre los nuestros.

Avisé del desastre que nos venía hace muchos años, pero pocos me hicieron caso; aunque mi rabia – sabiendo que lo decía estaba bien fundamentado – nunca pasó del  enojo. ¿Cuántas veces escribí que lo que no ha sucedido se puede evitar si somos conscientes?

La época  de Prudencio, será siempre un recuerdo agradable, pero ahora, tenemos mucho que hacer; sobre todo, en recuperar <la cohesión social>  por nuestro propio bien respetando las diferencias.

P.D.: A pocos días de las Elecciones del Colegio 2016, no vendrán mal, a líderes y colectivo estas reflexiones, ni echar de paso una ojeada a la pintura de una pintora española reconocida  universalmente: Lita Cabellut; de la que he elegido estos dos retratos,  porque son dos rostros de mujer, cuyas expresiones  tienen , a mi entender, una similitud con el paso del tiempo en nuestra profesión;  ya que, entre el gesto de la primera y de la última, a pesar de su belleza, se mezcla con esas grietas que me recuerdan los ataques que en estos últimos años de principio de siglo ha sufrido nuestra profesión, ”porque los políticos siempre mirarán donde más les convenga y menos riesgos tengan”; a no ser que les devolvamos la mirada, directamente a los ojos y no les consistamos que nos ataquen como hasta ahora, por la espalda.