ITIS
Estamos en la época ITIS (en las cercanías de la Verdad) para abordar una realidad cambiante.
Para los lectores que no dominen la nomenclatura médico–farmacéutica, Itis es el sufijo que acompaña a un órgano o parte del cuerpo humano que padece una inflamación.
Faringitis, encefalitis, bronquitis etc, serían ejemplos que expresan una inflamación en la faringe, el encéfalo, o los bronquios; y yo deseo expresar que en los tiempos que habitamos con la tarea – de ser felices y hacer felices a los demás – es algo incómodo, por haber un tanto de inflamación en casi todo: política, tecnología, contaminación del medio ambiente, y otros muchos factores que influyen en nuestra existencia negativamente, como la masificación humana – que está trayendo consecuencias en China y resto del mundo – mal controlada.
¿Somos alarmistas?
Lo avisó, hace casi cien años, el Dr. Don Gregorio Marañón.
Y cuando uno “avisa”, le llaman alarmista; más tarde cuando se enteren que iban en serio es demasiado tarde. Hoy el aviso es: ¿se atreverán a romper la Caja Única de la Seguridad Social? Mientras, la agricultura se hunde; pero muchos (todavía) sonríen con una vana sonrisa.
Este Gobierno está provocando un conflicto civil que puede acabar muy mal ejerciendo la desigualdad entre autonomías para mantenerse en el poder. Sólo eso le preocupa.
Habrá consecuencias
La década de los 2000 fue de cambios tecnológicos, que nos inflamó el estrés; después, de crisis económica que nos subió la tensión arterial; y ahora es Itis: Exceso de información, población, noticias falsas del Gobierno, abuso de las cámaras y pantallas, y una excitación colectiva impregnada de Itis. Un caldo de cultivo peligroso, del que, al menos, debemos tomar conciencia, para prevenir, porque habrá consecuencias.
Con tanta tecnologitis (el mundo cambia tan rápido que es difícil estar al día), sabemos poco del mundo que en realidad nos rodea.
Mientras, nuestros políticos, tratan de politizar a jueces y otras instituciones para mantener el poder (rompiendo la separación de poderes), y conducir los asuntos públicos para beneficio propio. Malas praxis que inflaman aún más la inflamación.
De ser así, habrá que ir preguntándose – como la periodista Adela Cortina (premio de Periodismo de “el Correo”) – ¿Tiene la democracia fecha de caducidad?
Pero no me hagáis mucho caso, que estamos en Carnaval, y la risa es importante para la salud.
P.D. Entrada libre hasta completar el aforo.
No sabes lo que me apetece asistir. Bueno ya me lo presentarás tú particularmente. Un abrazo, Hermano , Juande.
¡Por supuesto Juande!